viernes, julio 17

Liderazgo de Kronstadt demostró notable indecisión

Petrogrado (4 de julio de 1917).- Desde que resolvieron participar en la manifestación armada, los marineros de Kronstadt tenían en mente el derrocamiento del Gobierno Provisional. Lo único que pedían de sus líderes era la dirección para hacerlo.

Cuando llegaron al Palacio Táurida, todos estaban tan inquietos que en cualquier momento pudieron haber irrumpido y tomado el palacio. Pero no había unanimidad entre sus líderes.

Los eseristas de izquierda y los sin partido veían el movimiento únicamente como un medio para aplicar presión sobre el Soviet para que tome el poder, y estaban dispuestos a empacar e ir a casa si esa presión no daba resultado.

Los anarco-sindicalistas y los anarquista-comunistas, muy influyentes en Kronstadt, consideraban a las manifestaciones armadas como el inicio de la insurrección que debería culminar en la total destrucción del gobierno. Sin embargo, carecían de los planes y la organización para hacerlo. Al iniciarse la jornada uno de los líderes manifestaba, sometiéndose a la suerte: "La calle nos organizará".

Los usualmente efectivos y seguros bolcheviques se mostraban indecisos entre las dos posiciones anteriores. Eran tan fervientes como los anarquistas en relación con derrocar al Gobierno Provisional, y ayudaron a promover la idea de que ese era el propósito del movimiento. La mayoría del comité encargado de dirigir la manifestación de Kronstadt era bolchevique, pero estaban limitados por la disciplina y la posición no definida del Comité Central del Partido.

En tales condiciones, los marineros de Kronstadt carecieron de un liderazgo efectivo y fueron más una turba que un ejército. Si los bolcheviques querían tomar el poder, los marineros de Kronstadt hubieran sido su arma más importante.

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