martes, marzo 24

La familia imperial bajo arresto


Petrogrado (11 de marzo de 1917).- Luego de la abdicación de Nicolás II, surgió una gran inquietud en el gobierno sobre qué hacer con el ex zar. A fin de evitar que su presencia en territorio ruso se torne en fuente de tensiones con el Soviet, el gobierno inició gestiones con gobiernos de otros países para lograr que concedan asilo a la familia imperial. El 8 de marzo, el Gobierno Provisional solicitó a los britanicos una respuesta en ese sentido, considerando que el rey Jorge V es primo de Nicolás.

Los socialistas, sin embargo, consideran peligroso que una vez fuera, el ex zar pueda convertirse en un centro de complots contrarrevolucionarios. Por tal motivo, son de la idea de mantenerlo en Rusia, bajo vigilancia. Ya el 3 de marzo, el Ispolkom del Soviet había acordado arrestar a Nicolás y su familia. De conformidad con esa decisión, el gobierno anunció el 7 de marzo que el ex zar y su familia permanecerían detenidos en Tsarkoe.

Por su parte, enterado de las negociaciones con los británicos, el Ispolkom ratificó el 8 de marzo el arresto del ex zar y aprobó la confiscación de sus propiedades y el retiro de la ciudadanía. Además, para evitar que Nicolás salga del país, ha enviado su propia gente a reforzar la custodia de la familia imperial en Tsarkoe.

El mismo día 8, el general Kornílov, el nuevo comandante del Distrito Militar de Petrogrado (nombrado por Nicolás, a solicitud del presidente de la Duma, poco antes de su abdicación), fue a Tsarkoe e informó a la emperatriz que se encontraba en custodia por decisión del Ispolkom del Soviet.

Nicolás llegó a Tsarkoe procedente de Mogilev (el cuartel general) el 9 de marzo y se dio con la sorpresa de encontrar soldados rodeando su residencia, encargados de mantenerlo arrestado. Los miembros del Ispolkom enterados de que había abandonado Mogilev, creyeron que el ex zar se había fugado y emitieron una alerta general. Informados después de que Nicolás se encontraba en Tsarkoe, el Soviet envió un destacamento de 300 soldados de infantería y un regimiento de ametralladoras comandados por un oficial eserista, para sumarse a los soldados de Kornílov en la vigilancia de la familia imperial.

El Gobierno Provisional ha asegurado al Soviet que el ex zar no saldrá del país sin autorización del Ispolkom. Nicolás Romanov y su familia han sido aislados del mundo, nadie puede verlos sin permiso, y sus comunicaciones postales y telefónicas están sujetas a supervisión.

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